Una prueba de hemograma completa es una prueba de sangre que los médicos realizan para evaluar la salud general de un paciente y diagnosticar diversos trastornos, afirma la Clínica Mayo. Estos trastornos incluyen anemia, leucemia e infecciones.
Un médico puede hacer una prueba completa de hemograma como un examen de rutina, como una prueba de seguimiento para monitorear tratamientos particulares o para evaluar al paciente según los síntomas, según MedicineNet. Por ejemplo, mientras que un recuento bajo de glóbulos rojos indica anemia, un recuento alto de glóbulos blancos implica una infección del cuerpo o una infección de la médula ósea.
Realizar una prueba completa de hemograma implica analizar una muestra de sangre tomada directamente de un paciente, explica MedicineNet. Para obtener una muestra de sangre, un médico limpia la piel del paciente con una almohadilla con alcohol, inserta una aguja en una vena visible a través de la piel limpia y luego extrae la sangre en la jeringa. Luego, el médico lleva la muestra a un laboratorio para su análisis.
Una prueba completa de recuento sanguíneo incluye valores como recuento de glóbulos blancos, recuento diferencial de glóbulos blancos y recuento de glóbulos rojos, señala MedicineNet. Otros valores incluyen hemoglobina, volumen corpuscular medio, hemoglobina corpuscular media, hematocrito, distribución de glóbulos rojos, anchura media de concentración de hemoglobina corpuscular y recuento de plaquetas.