Los pacientes con cirrosis a menudo exhiben cambios externos en su apariencia, como un color amarillo en la piel, llamado ictericia, causado por la acumulación de bilirrubina en la sangre, según MedicineNet. Los moretones se desarrollan fácilmente debido a la disminución en la producción del hígado afectado de factores de coagulación de la sangre.
A medida que se forma el tejido cicatricial, afecta negativamente la capacidad del hígado para funcionar normalmente, lo que da como resultado varios signos externos posibles, según Medical News Today. Los capilares de sangre visibles a veces aparecen en la piel de la parte superior del abdomen. Los pacientes con cirrosis también pueden perder peso y desarrollar palmas rojas o con manchas. A medida que avanza la enfermedad, puede acumularse líquido en los pies, piernas y tobillos.