Una gammagrafía ósea es una prueba de imágenes nucleares que se usa para diagnosticar enfermedades y trastornos óseos. También se usa una gammagrafía ósea para rastrear la ubicación del cáncer que ha hecho metástasis o diseminarse a una ubicación diferente que el diagnóstico original, señala Mayo Clinic.
La determinación de la causa del dolor óseo inexplicable con una gammagrafía ósea permite el examen de todo el esqueleto. Los trastornos óseos pueden incluir necrosis avascular, fracturas, displasia fibrosa, artritis y enfermedad ósea de Paget, osteomielitis. También pueden incluir cáncer de hueso y cáncer metastatizado al hueso de otra área, de acuerdo con la Clínica Mayo.
Una gammagrafía ósea no representa un riesgo mayor para el paciente que una radiografía normal. La exposición a la radiación del marcador utilizado durante el procedimiento es menos de la mitad de la exposición a la radiación experimentada durante una tomografía computarizada. La preparación para el procedimiento requiere quitarse las joyas y los objetos metálicos y notificar al médico sobre el embarazo o si está amamantando a un bebé, explica la Clínica Mayo.
El procedimiento comienza con una inyección del líquido trazador que contiene un trazador radioactivo pequeño en las venas. Luego, los trazadores son recogidos en el procedimiento por las células y los tejidos, y los que se están reparando a sí mismos toman la mayor cantidad. El tiempo entre la inyección y la lectura depende de la prueba ordenada por el médico. Las imágenes preliminares se capturan en algunos casos, pero las imágenes principales se toman aproximadamente de dos a cuatro horas después de la inyección, luego de la circulación y absorción del marcador en los huesos, afirma la Clínica Mayo.