Las estructuras vestigiales son estructuras anatómicas que no cumplen ninguna función fisiológica o tienen una función que se ha reducido considerablemente en el curso de la evolución del organismo. Según About.com, los humanos tienen varias estructuras ser considerados vestigiales, cumplan o no alguna función.
Algunas estructuras vestigiales no tienen un propósito identificable. Una de estas estructuras es el coxis o coxis. Esta prominencia ósea, explica About.com, es el vestigio remanente de ancestros humanos distantes que tenían colas completamente formadas. En el cuerpo humano, el coxis no tiene un propósito obvio, pero el costo evolutivo de volver a trabajar en el desarrollo embrionario humano es mayor que el costo energético para el organismo de cultivar el coxis. La plica luminaris, que es un pequeño colgajo ubicado en la esquina del ojo humano, es el remanente evolutivo de una membrana nictitante y tampoco presenta ninguna función aparente.
Algunas estructuras vestigiales tienen una función, pero esa función es muy reducida o diferente de lo que hizo la estructura homóloga en los cuerpos ancestrales. Las uñas humanas son garras de vestigio, por ejemplo, y el apéndice humano, que puede haber sido útil en la digestión de las hojas, según About.com, todavía puede desempeñar un papel en el mantenimiento del equilibrio de las bacterias intestinales.