Los organismos complejos tienen tejidos especializados, como nervios, órganos o flores. En contraste, los organismos simples, como la ameba o la levadura, existen como una sola célula. Los organismos más grandes tienden a tener células más especializadas que las más pequeñas.
Algunos organismos de una sola célula se unen para formar una colonia. En la colonia, los organismos a veces comienzan a especializarse en las tareas que realizan. Sin embargo, en organismos complejos, las células se adhieren y desarrollan tareas especializadas. Si una célula muere, el organismo la reemplaza por una idéntica. En las plantas, el material de transporte mueve el agua de las raíces a las hojas y la comida de las hojas a las raíces. En los seres humanos, los diversos sistemas de órganos tienen cada uno un deber específico que depende de células especializadas.