Hay varias reglas para recordar al escribir nombres científicos; las dos reglas principales son escribir el nombre de una planta u organismo con dos nombres, un género o nombre genérico primero, seguido de un epíteto o nombre de especie. Estas reglas rigen el nombre apropiado de plantas y animales, independientemente de especie o reino. El acto de asignar nombres a varios organismos de forma estructurada se remonta a la década de 1700, cuando el científico Linneo desarrolló un método preciso para identificar y clasificar a todos los seres vivos.
De acuerdo con la Universidad Texas A & M, existen varias reglas que rigen la escritura correcta de los nombres genéricos y de las especies. Al escribir en la nomenclatura binomial, el nombre del género siempre se escribe primero. Además, aparece subrayado o en cursiva. La primera letra del nombre del género también debe estar en mayúscula. El epíteto específico, o nombre de la especie, se escribe en segundo lugar. Al igual que el nombre genérico, el nombre de la especie está subrayado o en cursiva. En contraste con el nombre genérico, sin embargo, la primera letra del nombre de la especie nunca se escribe con mayúscula. Además de la redacción científica estándar, existen sistemas de nombres científicos utilizados para identificar mutaciones (como diferentes tamaños, hábitat de crecimiento o color) junto con las variaciones que ocurren en la naturaleza.