La viscosidad aparente es la relación entre la tensión y la velocidad de deformación de un líquido. Se utiliza para describir líquidos que tienen diferentes viscosidades según las condiciones. Las ecuaciones utilizadas normalmente para calcular la viscosidad se refieren a los fluidos newtonianos, que son los que se pueden medir con un viscosímetro estándar. La viscosidad aparente es el cálculo obtenido al aplicar las ecuaciones newtonianas a fluidos no newtonianos.
La viscosidad aparente se mide utilizando un reómetro, que es un dispositivo que controla más parámetros que un viscosímetro estándar. Hay dos tipos de reómetros cuyo uso está determinado por los parámetros que deben controlarse. Los dos tipos de reómetros son reómetros de cizallamiento y extensores. Los reómetros de corte miden la viscosidad aparente al controlar la tensión de corte que se produce entre las diferentes capas del fluido. Los reómetros extensionales controlan la tensión que se produce dentro de las capas.
La viscosidad aparente también se puede considerar como fricción dentro de un fluido. Las causas de la viscosidad son la adherencia de diferentes átomos y moléculas dentro del fluido. Similar a las situaciones con alta fricción entre sólidos, la alta viscosidad (tanto estándar como aparente) da como resultado un menor movimiento entre diferentes partes del fluido.
La viscosidad aparente es muy importante para la perforación de petróleo. La viscosidad aparente del fluido de perforación se mide para determinar adecuadamente el fluido de perforación que se utilizará para la broca.