La isquemia cerebral se puede clasificar como isquemia focal o isquemia global, y la causa de la isquemia puede variar desde defectos cardíacos congénitos hasta anemia de células falciformes. La isquemia focal se aísla en una región particular del cerebro y ocurre cuando un vaso cerebral se bloquea por la formación de un coágulo de sangre. La isquemia focal generalmente es causada por embolia o trombosis. La isquemia global cubre amplias partes del cerebro y se produce cuando el flujo de sangre al cerebro se reduce o detiene de manera importante. La isquemia global es a menudo el resultado de un paro cardíaco, y si no se trata durante mucho tiempo, puede causar un daño cerebral grave, explica el Centro Médico de la Universidad de Columbia.
Los síntomas comunes de la isquemia cerebral incluyen debilidad en el cuerpo, problemas de coordinación, ceguera, pérdida del conocimiento y trastornos del habla. En los casos graves, la isquemia cerebral puede provocar daño cerebral irreversible, accidente cerebrovascular o paro cardíaco. Los tratamientos para la isquemia cerebral incluyen alteplasa para minimizar los efectos de los accidentes cerebrovasculares isquémicos y anticonvulsivos para la prevención de convulsiones, afirma el Centro Médico de la Universidad de Columbia.