La fricción estática es la resistencia al movimiento cuando dos objetos sólidos que no se mueven están en contacto entre sí. La fricción estática coincide con la fuerza aplicada y evita el movimiento. Cuando la fuerza aplicada supera la fricción estática, el objeto comienza a moverse, y en este punto, la fricción estática cesa y la fricción cinética entra en juego.
La fricción estática es lo que mantiene un objeto estacionario cuando se coloca sobre una superficie. Es, por ejemplo, lo que evita que un bloque de madera se deslice por una pequeña pendiente. La fricción estática varía según la fuerza aplicada al objeto, pero tiene un valor máximo. Esto se calcula multiplicando el coeficiente de fricción estática por la fuerza normal (la fuerza aplicada perpendicular al objeto).
El coeficiente de fricción estática varía según el par de materiales en contacto y se mide en función del ángulo de inclinación en el que el movimiento comienza a ocurrir. En general, los objetos rugosos tienden a tener coeficientes más altos de fricción estática. La lubricación a menudo reduce el coeficiente de fricción estática de un par de materiales. Por ejemplo, el coeficiente de fricción estática entre el hormigón seco y el caucho es 1.0, pero disminuye a 0.30 cuando está mojado, lo que resulta en una superficie más resbaladiza.
La fricción de rodadura se produce cuando un objeto rueda sobre el otro. Sin embargo, dado que ambos objetos son estacionarios entre sí en el punto de contacto, esto se clasifica bajo fricción estática.