Según la Federación Nacional de Vida Silvestre, la destrucción del hábitat ocurre cuando la actividad humana cambia drásticamente o destruye cualquier ecosistema natural. La destrucción del hábitat reduce los alimentos, el agua y el refugio disponibles para apoyar la vida silvestre.
La destrucción del hábitat amenaza a las especies silvestres y es la causa principal de las especies en peligro de extinción. Construcción, minería, perforación, nuevas carreteras y proyectos de agua destruyen hábitats. La destrucción del hábitat no siempre parece destrucción. Rellenar un humedal hace que sea más hospitalario para los humanos, pero cambia el ecosistema para que ya no sea compatible con la fauna nativa. Aunque los caminos parecen mínimamente invasivos, rompen grandes extensiones de hábitat y reducen la cantidad de área para que una especie se desplace. Esto limita el número de parejas disponibles y el tamaño del territorio disponible para criar jóvenes.
