El acuñamiento por congelación es un tipo de desgaste mecánico causado por la escarcha y el hielo. El agua se expande cuando se congela, y los ciclos repetidos de congelación y descongelación debilitan lentamente la integridad estructural de las rocas porosas y agrietadas. Con el tiempo, las cuñas heladas aumentan las grietas en fisuras enormes. Las fisuras finalmente dividen la roca por completo.
El acuñamiento con escarcha es un proceso lento y cíclico. Durante el día, el agua líquida calentada por el sol se filtra en poros microscópicos, grietas y espacios en la roca. Cuando el sol se pone y la temperatura desciende, el agua se congela y se expande en un 9 por ciento, ejerciendo presión sobre la roca circundante. Cuando el sol vuelve a salir, la escarcha se derrite y el agua fluye más hacia la grieta expandida, donde se congela después de la puesta del sol.
La evidencia más obvia de la acumulación de escarcha es la superficie plana, similar a una placa, creada cuando las juntas de roca expandida finalmente se parten. Las enormes formaciones rocosas formadas por glaciares a menudo muestran caras afiladas y planas. Las cuñas heladas se producen solo en climas que son fríos a fríos durante todo el año. Canadá, Escandinavia, el norte de Rusia y la Antártida son particularmente propensos a este tipo de meteorización.
Todos los tipos de meteorización tienen lugar con el tiempo. Sin embargo, los factores biológicos que debilitan la roca sirven como catalizadores, disminuyendo la cantidad de tiempo necesario para que ocurra un cambio drástico. Por ejemplo, el musgo y el liquen debilitan y desestabilizan las pequeñas grietas en las rocas donde crecen, lo que hace que el material sea más vulnerable a los efectos de la expansión de las heladas.