El smog industrial está compuesto de emisiones tóxicas y es causado por la quema de combustibles fósiles, como el carbón. Las emisiones se elevan en el aire y se acumulan como nubes espesas de polvo y otras partículas.
Las sustancias tóxicas, como el dióxido de azufre y otros contaminantes, se transportan al aire cuando se queman combustibles fósiles en las fábricas. La formación de smog es ayudada por temperaturas frías o húmedas, que ayudan a atrapar los contaminantes en altitudes más bajas debido al alto contenido de agua en el aire. El smog se acumula en la zona afectada, reduciendo la visibilidad y la calidad del aire. Los contaminantes del smog pueden disolverse en condensación y caer a la superficie en forma de lluvia ácida, que es perjudicial para el medio ambiente.