El Dust Bowl de la década de 1930 fue un período de severas tormentas de polvo que afectaron principalmente a los estados de Oklahoma, Texas, Colorado, Kansas y Nuevo México. Las condiciones se debieron principalmente a una grave sequía, combinada con prácticas agrícolas deficientes, que provocaron que toneladas de tierra vegetal fueran arrastradas por las tormentas de viento.
Las áreas más afectadas por las tormentas de polvo se extendieron desde el sureste de Colorado hasta el oeste de Kansas y el noreste de Nuevo México, pero la peor devastación ocurrió en la zona de Oklahoma y Texas. Aún así, los efectos no se limitaron a las planicies del sur, ya que las condiciones también afectaron a lugares tan lejanos como Nevada, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Arkansas. Durante los peores años de Dust Bowl, cientos de millones de toneladas de tierra vegetal fueron barridas, lo que llevó a uno de los peores desastres ambientales que Estados Unidos haya experimentado.
El Dust Bowl vio cómo entre 100.000 y 200.000 personas en todo el país fueron obligadas a abandonar sus hogares y granjas debido a la devastación agrícola generalizada. De hecho, se estima que aproximadamente el 60 por ciento de las personas que viven en la región se vieron obligadas a huir, y un número significativo de estas personas se trasladó a los estados del extremo occidental como California y Oregón.