Las garras retráctiles en las patas delanteras de los leones les ayudan principalmente en la caza. Los leones hunden las garras de 1 ½ pulgada de largo en su presa para mantenerlas en su lugar para una rápida matanza.
La naturaleza retráctil de las garras las mantiene en condiciones primordiales para la caza al protegerlas cuando no están en uso. Ser capaz de retraer las garras también permite que el león se acerque silenciosamente a su presa, lo cual es vital para la estrategia de caza del león. Los leones a menudo retraen sus garras cuando juegan para evitar lastimarse unos a otros. Las garras crecen de adentro hacia afuera, manteniéndolas constantemente afiladas y fuertes a medida que las capas más viejas se desprenden para revelar el nuevo crecimiento.