La principal causa de que las abejas se pongan en peligro de extinción son los parásitos, incluidos los ácaros traqueales y varroa que se introdujeron en América del Norte en la década de 1980. Estos parásitos causan enfermedades que pueden ser dañinas para las colonias de abejas, como una enfermedad que hace que las abejas recién nacidas emerjan con alas malformadas y la incapacidad de volar.
Aunque se han desarrollado miticidas que son efectivos contra estos ácaros, los ácaros comienzan a desarrollar resistencia a los químicos, a partir de 2015. Los científicos están desarrollando una variedad de abejas resistentes a los ácaros con la esperanza de repoblar las abejas en todas las áreas afectadas.
Otras causas de disminución en la población de abejas es la deforestación y destrucción de hábitats nativos debido a la construcción de estacionamientos, centros comerciales y otras estructuras.