La reproducción es necesaria para los seres vivos porque les permite crear descendencia y continuar con su población. A través de la reproducción, transmiten su información genética a la siguiente generación. Esto asegura que su especie continúe existiendo en la Tierra.
Al reproducirse, se crean nuevos seres vivos. Hay dos métodos para la reproducción. La reproducción sexual involucra a dos miembros de una especie, típicamente un hombre y una mujer, mientras que la reproducción asexual permite que un ser vivo se reproduzca sin la necesidad de otro organismo. La mayoría de los seres vivos se reproducen ya sea sexual o asexualmente, aunque hay algunas especies raras que son capaces de reproducirse a través de ambos métodos.
En la reproducción sexual, dos padres reproducen y contribuyen con un gameto, que es una célula reproductiva que contiene un haploide, que es un conjunto único de cromosomas. La descendencia se produce a partir de una combinación de genes heredados de ambos padres. La mitad del material genético de la descendencia proviene de cada gameto. Los humanos y la mayoría de los otros animales se reproducen de esta manera.
En la reproducción asexual, una sola célula madre produce descendencia genéticamente idéntica. Los seres vivos que se reproducen asexualmente no necesitan recibir células de otro ser vivo. Un solo padre proporciona todos los cromosomas, por lo que la descendencia es idéntica en estructura genética. Las bacterias, levaduras y mohos son algunas especies que se reproducen asexualmente.