Dependiendo de la fase de la terapia con buprenorfina, el medicamento puede bloquear los opiáceos durante varias horas o días, dice la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental. La buprenorfina se usa para el tratamiento de la adicción a opioides Tres fases involucradas: inducción, estabilización y mantenimiento.
En la fase de inducción de la terapia, la buprenorfina se administra a una persona que no ha tomado opiáceos durante 12 a 24 horas y se encuentra en las primeras etapas de retiro, explica la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental. Esta primera fase ocurre en el consultorio de un médico, y el medicamento puede administrarse por vía oral o por inyección, según la receta específica. En la segunda fase del tratamiento, el paciente ya no tiene antojos, tiene pocos o ningún efecto secundario y ha reducido o interrumpido el uso de otros opioides. Durante esta fase, es posible cambiar a una dosis cada dos días debido a la larga vida media del medicamento. La tercera fase se alcanza una vez que el paciente está bien con una dosis constante; esta fase puede ser indefinida.
En dosis bajas, la buprenorfina produce efectos que permiten a las personas evitar los síntomas de abstinencia de otros opioides, señala la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental. El aumento de las dosis aumenta los efectos hasta que se alcanza una meseta, lo que significa que hay un menor riesgo de abuso y adicción. A dosis más altas, bloquea los efectos de otros opioides y puede crear síntomas de abstinencia en personas con otros opioides en la sangre.