Según la Clínica Mayo, existe evidencia que respalda el uso de la coenzima Q10 para tratar la insuficiencia cardíaca y la presión arterial alta. CoQ10 parece tener un uso potencial en el tratamiento de afecciones como la enfermedad ocular, el dolor de pecho debido al esfuerzo físico, el colesterol alto, el asma y los efectos secundarios de la quimioterapia en los niños.
Según la Clínica Mayo, la CoQ10 no parece ser útil en el tratamiento de la diabetes, la hepatitis C y la enfermedad de Huntington. CoQ10 es un antioxidante producido naturalmente por el cuerpo, requerido para la función celular básica. Los niveles de CoQ10 disminuyen a medida que las personas envejecen, y los niveles de antioxidantes también pueden ser bajos debido a diversas afecciones, como diabetes, cáncer, afecciones cardíacas, VIH y SIDA, enfermedad de Parkinson y distrofia muscular. Los suplementos de CoQ10 pueden ser útiles para aumentar el nivel de antioxidantes en el cuerpo cuando sea necesario.