Las amebas usan pseudopodios para moverse a través de su hábitat y consumir alimentos. El término "pseudopodios" significa literalmente "pies falsos". Además de ayudar a las amebas a mover y consumir alimentos, algunos seudopodios exhiben funciones sensoriales.
Para crear un seudópodo, una ameba extiende una proyección de su cuerpo lleno de citoplasma. Si tiene la intención de comer, rodea la partícula de comida con el pseudópodo, forzando la partícula en el cuerpo de la ameba. Si la ameba trata de moverse, permite que el pseudópodo extendido sirva de ancla y permite que el citoplasma de su cuerpo fluya hacia el pseudópodo.
Las amebas de diferentes especies crean pseudópodos de formas ligeramente diferentes. Los científicos usan estas diferencias para ayudar a clasificar la especie. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las amebas no son los únicos organismos que utilizan una forma de cuerpo ameboide; Hongos, algas y animales también exhiben el estilo del cuerpo. Del mismo modo, algunas amebas tienen diferentes formas corporales y no usan pseudopodios.
Muchas amebas son especies de importancia médica que pueden causar enfermedades o la muerte. Sin embargo, muchas otras especies habitan los sistemas digestivos de diferentes animales y causan pocos o ningún efecto adverso. Un ejemplo de una ameba dañina es la ameba que se come el cerebro. Encontrado en agua dulce y tibia, el organismo gana entrada a los humanos cuando el agua ingresa por las fosas nasales.