El aire no es un buen conductor del calor, ya que en realidad sirve como aislante cuando está contenido en un área cerrada. El aire ayuda a prevenir la pérdida de calor, en lugar de transferir calor a las superficies .
La conducción es la transferencia de calor a través del contacto físico con un material, y el aire no permite este tipo de transferencia. En cambio, el aire ayuda a mantener el calor y, por lo tanto, es un componente clave en muchos tipos de aislamiento.
Los materiales como la madera, el papel y la tela también son malos conductores del calor. Los excelentes conductores del calor incluyen metales y piedra, ya que pueden transferir calor rápidamente.