Las plantas y los animales son organismos multicelulares compuestos de células eucariotas, mientras que las bacterias son organismos procarióticos de una sola célula. Cada célula eucariota de una planta o animal incluye un núcleo central que contiene ADN y orgánulos unidos a la membrana, como el retículo endoplásmico y las mitocondrias. Una célula bacteriana no tiene núcleo ni orgánulos unidos a la membrana.
El ADN de una célula eucariota es de estructura lineal y está contenido dentro del núcleo. El Dr. David M. Rollins, de la Universidad de Maryland, explica que los procariotas tienen ADN circular, que está expuesto al fluido de citosol del entorno celular y se concentra en un área conocida como el nucleoide. Dentro del entorno de citosol de eucariotas y procariotas se encuentran los ribosomas, que son responsables de producir las cadenas polipeptídicas de las proteínas. En las células bacterianas, los ribosomas tienen 70 años, mientras que las células eucariotas y las células animales tienen ribosomas 80 más grandes. Estos ribosomas de los 80 flotan dentro del citosol de la célula y se adhieren al retículo endoplásmico rugoso exclusivo de los eucariotas.
Curiosamente, las mitocondrias de los eucariotas contienen ribosomas 70 dentro de sus mitocondrias. El Dr. Rollins explica que las mitocondrias son las "plantas de energía" para la energía celular dentro de los eucariotas. El Dr. Perry Carter, del Midlands Technical College, explica que, basándose en esta característica ribosomal común de los años 70, algunos científicos creen que hace millones de años, una bacteria procariota invadió una célula eucariótica de forma temprana, que dio lugar a la mitocondria. Las células bacterianas se dividen por fisión binaria y son asexuales. Sin embargo, los eucariotas se dividen de manera celular a través de la mitosis y se reproducen sexualmente a través del proceso de la meiosis.