Los volcanes son fuerzas constructivas porque crean nuevas tierras, fertilizan las tierras existentes y traen muchos nuevos minerales a la superficie del planeta. Los volcanes también traen calor a las áreas que los rodean y atraen la vida silvestre en la tierra y bajo el mar.
Los volcanes crean nuevas tierras cuando la roca fundida, o magma, fluye desde el interior del planeta. El magma emerge como lava, y cuando se enfría, se solidifica en roca nuevamente y crea nuevas tierras. En el caso de los volcanes isleños, estos flujos de lava extienden los bordes de la isla hacia el océano. Sin embargo, al igual que con los volcanes terrestres, muchas áreas desarrolladas también están cubiertas de lava durante el proceso.
Las rocas volcánicas, cuando se desgastan y se desgastan en la tierra, crean suelos ricos que son ideales para cultivar una variedad de cultivos. Las erupciones volcánicas también traen metales y minerales preciosos a la superficie donde se pueden recolectar, como el oro, la plata, el azufre y los diamantes.
Los volcanes también construyen estructuras asombrosas en el fondo de las partes más profundas del océano. Estos volcanes a menudo forman estructuras submarinas gigantescas de minerales condensados, y algunos crecen lo suficientemente grandes como para llegar al mar y formar islas completamente nuevas. Los volcanes también son constructivos para los científicos y su comprensión general del funcionamiento interno del planeta.