La mayoría de los cometas que ingresan al sistema solar se originan en la Nube de Oort o en el Cinturón de Kuiper, zonas que contienen billones de cuerpos helados y rocosos que orbitan en los confines más lejanos de la influencia del Sol. Perturbaciones gravitacionales o las colisiones causan ocasionalmente que estos cometas se aproximen a la Tierra.
La nube de Oort es una gran nube esférica que rodea el sistema solar, y es la fuente de la mayoría de los cometas de períodos largos que tardan más de 200 años en hacer una órbita completa. El Cinturón de Kuiper es un área del espacio en forma de disco más allá de Neptuno, donde se originan la mayoría de los cometas de periodo corto. Se cree que ambas zonas son remanentes de la creación del sistema solar hace unos 4.600 millones de años.