Las colmenas de abejas están hechas de cera hecha por abejas obreras. Estas abejas tienen glándulas especiales en el interior de su abdomen que les permiten convertir el azúcar del néctar de la flor en cera. Las abejas mastican la cera para ablandarla, y luego la depositan en la ubicación seleccionada para crear la colmena.
Las abejas obreras buscan comida, recolectan néctar de las plantas con flores. Llevan el néctar en una bolsa de polen, donde se mezcla con una enzima especial. Cuando la abeja regresa a la colmena, deposita el néctar de su lengua en la lengua de otra abeja obrera, donde se evapora y se convierte en miel.
Las glándulas especializadas en el abdomen de una abeja obrera convierten el azúcar en miel en cera. La cera brota de los poros de las abejas y forma escamas en su abdomen. Ella mastica la cera para ablandarla y luego la coloca en la colmena. Cuando las abejas obreras se juntan dentro de la colmena, su actividad mantiene una temperatura de aproximadamente 86 a 95 grados F, que es la temperatura necesaria para mantener la cera maleable y suave.
Las abejas obreras viven solo unas seis semanas, y toda su corta existencia está dedicada a mantener la colonia y la colmena. La colmena, compuesta por miles de células hexagonales, se utiliza para albergar larvas y para almacenar néctar, polen y miel.