La mayoría de los médicos recomiendan no más de una o dos porciones de leche de soja por día. La leche de soja es un sustituto de leche láctea hecha de soja prensada. La leche de soya, el tofu y otros productos enteros fermentados de soya son las mejores fuentes de proteína de soya.
Los pacientes con trastornos tiroideos y gastrointestinales no deben consumir soja sin la aprobación de un médico. Los estudios han demostrado que la soya puede interferir con la capacidad del tracto gastrointestinal para absorber ciertos medicamentos. El alto consumo de soja también puede resultar en la sobreproducción de estrógeno. Los niveles excesivos de estrógeno han sido relacionados con el cáncer de mama por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental.