Los síntomas del cáncer rectal incluyen cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal o sangre en las heces, y molestias abdominales continuas, como gases, calambres o dolor, explica la Clínica Mayo. Otros síntomas incluyen una sensación constante de que el intestino no está completamente vacío, debilidad, fatiga y pérdida de peso inexplicable.
El cáncer de recto se clasifica como el cáncer de colon, y el tratamiento depende de la extensión de la propagación y la invasión, señala WebMD. En la etapa 0 del cáncer de recto, el tumor se limita al revestimiento interno del recto y el tratamiento implica la extirpación quirúrgica de una pequeña porción de recto o radioterapia externa e interna. En el cáncer rectal en etapa 1, el tumor se rompe a través del revestimiento interno del recto y no se disemina más allá de la capa muscular. Las opciones de tratamiento en esta etapa incluyen la cirugía que extirpa el tumor o la radiación con quimioterapia.
En el cáncer rectal en etapa 2, el tumor se propaga más allá del intestino y, en muchos casos, invade los órganos circundantes, incluida la próstata, la vejiga o el útero, sin propagarse a los ganglios linfáticos, según WebMD. El tratamiento durante esta etapa consiste en una cirugía que elimina todos los órganos involucrados, la radioterapia antes o después de la cirugía, así como cuatro meses de quimioterapia después de la cirugía.
El cáncer rectal en estadio 3 está marcado por la invasión de los ganglios linfáticos circundantes, y la terapia consiste en una cirugía que extirpa el tumor, la radiación con quimioterapia antes o después de la cirugía, y la quimioterapia electiva después de la cirugía, describe WebMD. En la etapa 4 del cáncer de recto, el tumor se disemina a sitios distantes del cuerpo y puede afectar a órganos como los pulmones o el hígado. Debido a que el cáncer está muy extendido, el tratamiento a menudo incluye quimioterapia. En esta etapa, la cirugía se puede realizar para aliviar los síntomas y no se considera curativa.