La mayoría de los afectados por la presión arterial alta, también llamada hipertensión, no experimentan ningún síntoma, incluso cuando la presión arterial alcanza niveles peligrosos. Aquellos que sí experimentan síntomas pueden tener dolor en el pecho, fatiga, confusión, latidos cardíacos irregulares, dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza y hemorragias nasales. De acuerdo con WebMD, también puede ocurrir un golpeteo en las orejas, el cuello o el pecho.
En algunas personas, en el momento en que aparecen los síntomas, la presión arterial puede haber llegado a una etapa potencialmente mortal. Dado que la presión arterial puede ser peligrosamente alta sin que se muestren síntomas, WebMD señala que los controles regulares que incluyen exámenes de presión arterial son importantes. Casi un tercio de las personas que tienen hipertensión no saben que la tienen. La presión arterial alta no tratada puede provocar varias enfermedades graves, como insuficiencia renal, cardiopatía y accidente cerebrovascular, y puede causar problemas oculares.
Cuando la presión arterial alcanza un cierto nivel, se produce una crisis hipertensiva. Una presión sistólica de 180 o más o una presión diastólica de 110 o más puede causar los síntomas de una crisis hipertensiva y requerir tratamiento médico de emergencia. La Clínica Mayo señala que los síntomas de la crisis hipertensiva incluyen ansiedad severa y dolor de cabeza, falta de aliento y hemorragias nasales, y una crisis hipertensiva puede llevar a un ataque cardíaco.