Los síntomas más comunes relacionados con la exposición al moho negro son reacciones alérgicas, como estornudos y secreción nasal; tos y sibilancias; Ojos rojos, con picazón, llorosos; e irritación o erupción cutánea, informa MedicineNet. El moho negro puede desencadenar ataques de asma. En casos severos, se presentan fiebre y dificultades respiratorias.
En las personas con sistemas inmunológicos deteriorados, como los que tienen VIH o SIDA y quienes toman medicamentos inmunosupresores, el moho negro puede causar infecciones en la piel o en las membranas mucosas, afirma la Clínica Mayo. Estas personas también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar infecciones oportunistas o infecciones por hongos en los pulmones, explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las personas expuestas al moho y al polvo en el trabajo pueden desarrollar neumonitis por hipersensibilidad, una inflamación de los pulmones, según la Clínica Mayo. Las personas con asma o fibrosis quística pueden desarrollar aspergilosis broncopulmonar alérgica. A partir de 2015, los CDC informan que no existen pruebas para vincular el moho negro a problemas de salud adversos, como hemorragia pulmonar idiopática aguda en bebés, pérdida de memoria o letargo, señala MedicineNet.
Algunas personas no experimentan síntomas cuando se exponen al moho, afirma MedicineNet. No es posible predecir la gravedad de los riesgos para la salud cuando hay moho en un edificio. Los corticosteroides nasales, los antihistamínicos, los descongestivos, la inmunoterapia y el lavado nasal pueden tratar los síntomas de alergia relacionados con la exposición al moho negro, explica la Clínica Mayo.