Los síntomas del trastorno de Asperger en adultos incluyen un marcado deterioro en las interacciones sociales, conductas o patrones de actividad repetitivos o restringidos, y un deterioro resultante en áreas importantes de la función como el trabajo o la vida social, según Psych Central. Los adultos con Asperger también pueden parecer físicamente incómodos.
Para recibir un diagnóstico para el trastorno de Asperger según lo define el Manual estadístico y de diagnóstico de los trastornos mentales, los individuos deben experimentar un deterioro social cualitativo en al menos dos de varias manifestaciones, según lo declarado por Psych Central. La primera manifestación es un deterioro significativo de las señales no verbales como el contacto visual, los gestos, la postura y la expresión facial. El segundo incluye dificultades para formar relaciones con los compañeros, y el tercero es la falta de compartir espontáneamente los logros y el disfrute con los demás. Las personas también pueden tener problemas con la reciprocidad emocional o social.
Aquellos con Asperger pueden tener una preocupación con algunos temas restringidos que son inusuales en su tema o intensidad, según lo confirmó Psych Central. Los individuos pueden tener la fuerte necesidad de adherirse a las rutinas o rituales en los que otros ven poco propósito, y pueden estar preocupados por las partes de un objeto en lugar de la totalidad. Los adultos que creen que pueden tener Asperger deben consultar con un psicólogo calificado para obtener diagnósticos y mecanismos de afrontamiento que pueden mejorar la calidad de vida.