Al igual que con prácticamente todos los hábitats, una serie de factores bióticos y abióticos diferentes afectan los pastizales templados. Los factores abióticos incluyen la química del suelo, la temperatura, los vientos, las precipitaciones y la contaminación, mientras que los factores bióticos incluyen las plantas, animales, bacterias, hongos y enfermedades en el hábitat.
Los factores bióticos que afectan a los pastizales pueden cambiar rápidamente. Por ejemplo, una enfermedad bacteriana puede propagarse a través de la vegetación local, alterando drásticamente las especies que pueden sobrevivir. Alternativamente, una maleza invasora podría propagarse a través del hábitat, compitiendo contra la flora nativa. Los animales pueden afectar los ecosistemas incluso más rápidamente, ya que un enjambre de insectos puede despojar a una pradera de comida en cuestión de días.
Los factores bióticos que influyen en un pastizal también pueden cambiar, pero la mayoría de las veces, ocurren durante largos períodos de tiempo. Esto puede permitir que el hábitat se adapte gradualmente a las condiciones cambiantes. Por ejemplo, la erosión causada por la lluvia y el viento puede cambiar gradualmente la forma de la tierra. Por el contrario, la contaminación es un factor abiótico que puede cambiar una pradera muy rápidamente. Si los humanos causan pesticidas, herbicidas o insecticidas para cubrir un pastizal, el hábitat puede sufrir daños inmediatos a largo plazo. Incluso sustancias como los fertilizantes y los antibióticos pueden hacer que un ecosistema comience a declinar rápidamente.