Psicrófilos, halófilos, metanógenos y termófilos son ejemplos de Archaebacteria, según la Sociedad Americana de Microbiología. El Museo de Paleontología de la Universidad de California define a Archaebacteria como miembros del dominio Archaea. Como los organismos de este dominio no tienen la misma composición genética y bioquímica que las bacterias, muchos científicos se refieren a ellos como Archaea en lugar de Archaebacteria.
Los psicrófilos viven en áreas con temperaturas extremadamente frías, señala la Sociedad Americana de Microbiología. Los psicrófilos son organismos muy resistentes porque pueden sobrevivir cuando se suprime su actividad enzimática o tienen una disminución de la fluidez de la membrana, según un artículo publicado en 2006 en Embo. En contraste, los termófilos son capaces de sobrevivir a temperaturas extremadamente altas. Los expertos del Centro de Recursos de Educación en Ciencias de Carleton College dicen que las temperaturas de crecimiento óptimas para los termófilos oscilan entre 60 y 108 grados centígrados.
Muchos organismos no pueden sobrevivir en condiciones demasiado saladas, pero los halófilos prosperan en ambientes salados, según la Sociedad Americana de Microbiología. Los metanógenos se encuentran a menudo en los humedales y dentro del sistema digestivo humano. Estos organismos producen metano como un subproducto de algunos procesos químicos. En los humanos, el metano se libera en forma de flatulencia o eructos, explica Wikipedia. En los humedales, los metanógenos producen el metano que da su olor característico al gas de pantano.