La fricción es la fuerza de resistencia que aparece cuando dos cuerpos o sustancias se frotan entre sí. Se ralentiza las cosas y se opone al movimiento. Sin fricción, las personas no podrían caminar, correr, escribir o practicar deportes. Las cosas continuarían moviéndose a menos que golpeen algo en su camino. La fricción estática también sujeta los tornillos y clavos en la madera y, sin ella, las piezas no se sujetarían juntas.
Los coches no dejarían de moverse sin fricción. Sin embargo, la fuerza de fricción en las partes móviles de un vehículo también evitaría que funcione correctamente. Por ejemplo, demasiada fricción evitaría que las piezas del motor se deslicen unas sobre otras e incluso causaría un sobrecalentamiento. Con muy poca fricción en estas piezas, el motor funciona de manera más eficiente y las piezas no se desgastan tan fácilmente.
Aunque la fricción en las partes mecánicas puede causar problemas, la fricción es una fuerza importante. Sin él, la velocidad del viento no disminuiría ni cambiaría de dirección.
El efecto de la fricción, sin embargo, es más relevante en la superficie de la Tierra. El viento es más fuerte en la atmósfera, donde hay menos obstrucciones que lo hacen más lento. La falta de fricción en la parte superior de la atmósfera es lo que causa que los huracanes y los tornados tengan vientos de nivel superior más altos y racheados.