Varios componentes de la moringa pueden causar presión arterial baja, frecuencia cardíaca baja y mutaciones en el ADN. La sustancia puede interactuar con algunos medicamentos, mientras que el uso prolongado de hojas de moringa puede causar daño hepático y renal y sus extractos pueden disminuir la fertilidad, según el Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering. Puede causar contracciones uterinas en mujeres embarazadas que pueden provocar un aborto espontáneo, según WebMD.
Cuando se usa con fines medicinales, se dice que la moringa reduce los niveles de glucosa en la sangre y tiene propiedades anticancerígenas, según MSKCC. Tomada internamente, la moringa se utiliza para aumentar la producción de leche materna y para tratar el asma, la anemia, la artritis, el estreñimiento, la diabetes, la diarrea, la epilepsia, el dolor de estómago, las úlceras, el dolor de cabeza, la presión arterial alta, las afecciones cardíacas, los cálculos renales, la inflamación y los trastornos tiroideos y se usa tópicamente para tratar el pie de atleta, la caspa, las verrugas, la gingivitis y las mordeduras de serpientes, según WebMD.
Su nombre científico es Moringa oleifera, y es originario de partes de India, Pakistán, Bangladesh y Afganistán, donde se utiliza como una fuente de alimentos barata y abundante. Las vainas de semillas inmaduras pueden cocinarse y comerse como judías verdes, mientras que las semillas más maduras se pueden extraer de las vainas y cocinar como guisantes o asar como nueces. Sus hojas pueden cocinarse y comerse como espinacas, o secarse y usarse como condimento o suplemento, según WebMD.
Según WebMD, los estudios han demostrado que comer hasta 6 gramos de moringa por día durante hasta tres semanas es seguro. No se han realizado suficientes investigaciones para determinar si las dosis más grandes son seguras.