Además del dolor emocional, la culpa puede causar dolor físico en forma de dolores de cabeza, insomnio y náuseas según Psychology Today. . La culpa es una emoción poderosa que recuerda a las personas las consecuencias de las acciones negativas, por lo que también puede afectar su comportamiento futuro.
El dolor de la culpa puede ser lo suficientemente generalizado como para afectar el bienestar de una persona. Debido a la naturaleza hiriente de la culpa, las personas tienden a calmar su propio dolor, ya sea haciendo las paces con los demás o compensando con generosidad y amabilidad. Esto pone de relieve la complejidad de la culpa; la emoción va más allá de simplemente sentirse mal por una acción y ayuda a establecer una nueva comprensión de cómo reforzar los vínculos positivos en las relaciones.