Los antiácidos más comúnmente disponibles son bicarbonato de sodio, hidróxido de magnesio, hidróxido de aluminio y carbonato de calcio. Por lo general, están disponibles en tabletas o en forma líquida. Las tabletas son de acción más lenta y menos potentes que los líquidos, pero son más cómodas de transportar.
El bicarbonato de sodio tiene el poder de neutralización de ácido más bajo, mientras que el carbonato de calcio tiene el más alto de acuerdo con la International Foundation for Functional Gastrointestinal Disorders. Cada tipo tiene algunos efectos secundarios no deseados; por ejemplo, el hidróxido de magnesio puede causar diarrea y el hidróxido de aluminio puede causar estreñimiento.
Los antiácidos son útiles para tratar la acidez estomacal leve y ocasional. Neutralizan el ácido gástrico después de su secreción. Otro tipo de medicamento, conocido como reductores de ácido, trata la acidez estomacal más grave o crónica al reducir la producción de ácido gástrico.
