Los cuatro tipos de huesos en el cuerpo humano son largos, planos, irregulares y cortos. Los huesos le dan al cuerpo humano su estructura y trabajan con los músculos y las articulaciones para promover el movimiento.
Los huesos largos tienen dos extremos conectados por un eje. Este tipo de hueso se encuentra en las manos, piernas, brazos y pies, según Judy Learn, de North Seattle Community College. El hueso del muslo, conocido como el fémur, es uno de los ejemplos más conocidos de un hueso largo. Los huesos planos se caracterizan por su estructura distintiva. Estos huesos consisten en una capa de tejido óseo esponjoso emparedado entre dos piezas de hueso compacto. Las costillas, la clavícula y los huesos que forman la parte superior del cráneo son huesos planos.
El hueso del talón, las vértebras y los huesos de la pelvis se clasifican como huesos irregulares debido a sus formas complejas. A diferencia de otros tipos de huesos, los huesos irregulares tienden a tener crestas o muescas. Los huesos cortos se parecen a los cubos porque cada uno tiene aproximadamente el mismo largo y ancho. Los huesos de los tobillos y las muñecas son ejemplos de huesos cortos.