El aceite de pescado omega-3 puede ayudar a reducir la posibilidad de latidos cardíacos irregulares, retardar el desarrollo de placa en las arterias, reducir los triglicéridos, disminuir la presión arterial y reducir las probabilidades de sufrir un derrame cerebral o ataque cardíaco, según WebMD. También puede disminuir la posibilidad de muerte cardíaca súbita por enfermedad cardíaca.
Los ácidos grasos omega-3 reducen la hinchazón y ayudan a eliminar el dolor. Algunas personas pueden usar aceite de pescado omega-3 para tratar o prevenir trastornos mentales como el TDAH, la depresión, la psicosis y el Alzheimer, entre otros. Los suplementos de aceite de pescado omega-3 también se pueden usar para el glaucoma, ojos secos y degeneración macular relacionada con la edad. El aceite de pescado omega-3 puede ser tomado por las mujeres para reducir los síntomas del síndrome premenstrual, dolor en los senos y problemas durante el embarazo, afirma WebMD.
El aceite de pescado omega-3 se puede tomar para tratar o prevenir la diabetes, la obesidad, la enfermedad renal y la osteoporosis. Otros usos incluyen asma, trastornos del movimiento, trastornos de la coordinación del desarrollo, obesidad y dislexia. Algunos pacientes con cáncer lo toman para reducir la pérdida de peso, y también puede ayudar con ciertas enfermedades que causan dolor e hinchazón, señala WebMD.
A veces los pacientes toman aceite de pescado omega-3 después de la cirugía de trasplante de corazón para prevenir el daño renal o la presión arterial alta. Se puede tomar en situaciones en las que los vasos sanguíneos redireccionados deben permanecer abiertos, como después de una cirugía de derivación de la arteria coronaria. Cuando se toma en dosis bajas según lo indicado, el aceite de pescado omega-3 es seguro, aunque puede producir efectos secundarios leves, de acuerdo con WebMD.