En una cocina se producen tres reacciones químicas cuando un cocinero prepara un pastel, hierve un huevo o asa una hamburguesa. Las reacciones químicas ocurren cuando la comida se echa a perder, como cuando la leche se amarga y los plátanos se pudren. Un fósforo que enciende una vela o el quemador de una estufa también usa una reacción química.
Algunas reacciones químicas en las cocinas son menos obvias. Por ejemplo, cuando un individuo lava los platos con detergente, el limpiador tiene interacciones químicas con la grasa y otros residuos. Además, cuando las personas digieren alimentos, se producen reacciones químicas.
Cuando se produce un cambio químico, los enlaces químicos entre los átomos se rompen y se forman nuevas combinaciones. Por lo tanto, se crean nuevas sustancias. Además, los resultados no son reversibles.