La responsabilidad proviene de dominar los objetivos personales, los objetivos relacionales, los objetivos de logros y los objetivos caritativos. Convertirse en una persona responsable implica centrarse en el presente, mejorar el comportamiento y las opciones todos los días y tomar una decisión diaria Acción y mejora la vida. La responsabilidad también implica perseverancia y no rendirse después de fracasar.
Las personas responsables abordan las tareas con una actitud madura y entienden que los obstáculos seguramente se encontrarán. Son confiables y fieles a su palabra. Priorizan sus responsabilidades y hacen un buen uso de su tiempo al no gastar tiempo en cosas inútiles. Las personas responsables también hacen un esfuerzo por desarrollar habilidades sociales sólidas para mejorar sus interacciones diarias. Implementan un sistema para resolver problemas y no dejan que su enfoque se salga de sus metas diarias.
Una persona responsable se toma el tiempo para enfocarse en un problema y sus posibles soluciones en lugar de provocar una respuesta emocional. Aprende nuevas habilidades que son necesarias para resolver el problema. Una persona responsable no espera a que otros le resuelvan los problemas o le transfieran el trabajo que se le asignó a otra persona. Aprende formas de ayudarse física, psicológica y emocionalmente para volverse fuerte y autosuficiente, y maneja sus recursos con prudencia.