Los vertebrados se caracterizan por la presencia de una vértebra o columna vertebral; un cráneo; huesos óseos que forman un endoesqueleto; una estructura bilateralmente simétrica; y dos pares de apéndices, como aletas, extremidades o alas. Los sistemas de órganos de los vertebrados están más desarrollados que los de los invertebrados, y sus sistemas nerviosos son más complejos.
Los vertebrados se clasifican en cinco grupos: mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles. Comprenden alrededor del tres por ciento de más de 1 millón de especies animales.
El sistema nervioso central de un vertebrado se compone de un cerebro bien desarrollado, que se encuentra en el cráneo, y una médula espinal recubierta por la columna vertebral. Los vertebrados tienen esqueletos axiales y apendiculares que se combinan para formar un esqueleto interno altamente desarrollado. Poseen un sistema circulatorio cerrado, lo que significa que su sangre siempre fluye en los vasos sanguíneos y su sistema respiratorio está ubicado cerca de la garganta. Sus cuerpos están separados en áreas ventrales y espinales, y sus pieles están cubiertas de excrementos protectores, como pelos, plumas o escamas. Los órganos sensoriales de los vertebrados también están bien desarrollados.
Los vertebrados prosperan en varios tipos de entornos. Los mamíferos viven en bosques, cuerpos de agua y bajo tierra. La mayoría de las aves son capaces de volar y se encuentran en bosques, cerca de la costa y en campos abiertos. Los anfibios viven principalmente en tierra, pero también visitan el agua para poner huevos y reproducirse. Debido a que los peces tienen branquias, no pueden respirar aire y solo pueden sobrevivir en el agua.