Un útero prolapso puede estar marcado por una sensación de plenitud o presión en el área pélvica, junto con dolor en la parte inferior de la espalda y la sensación de que algo está saliendo de la vagina, según WebMD. Las relaciones sexuales pueden ser dolorosas. También puede ser difícil orinar, defecar y caminar.
El útero prolapsa en cuatro etapas, afirma WebMD. Durante la primera etapa, el cuello uterino cuelga en la vagina; en el segundo, el cuello uterino cae justo dentro de la abertura vaginal. En la tercera etapa, el cuello uterino está fuera de la vagina, y en la cuarta etapa todo el útero lo ha seguido afuera.
Un útero prolapso generalmente es causado por músculos pélvicos debilitados, dice WebMD. Estos músculos pueden debilitarse debido al parto y el parto, pero también se asocia con el envejecimiento y una caída en los niveles de estrógeno. Ciertas condiciones crónicas, como la bronquitis y el estreñimiento, también pueden contribuir, ejerciendo una presión adicional en el abdomen al toser o esforzarse. Las personas obesas tienen un mayor riesgo de tener úteros prolapsados.
Los ejercicios de Kegel, diseñados para fortalecer y tonificar los músculos pélvicos, pueden ayudar a prevenir el prolapso del útero, según WebMD. Apretar los músculos pélvicos ayuda a ejercitar el diafragma pélvico. En casos severos, el útero puede necesitar ser extirpado quirúrgicamente. De lo contrario, un útero prolapsado puede tratarse con un pesario para apoyo.