El movimiento de los átomos dentro de una sustancia genera energía térmica. Básicamente, esta es la forma de energía que proviene del calor. A medida que los átomos en un objeto se mueven más rápido, la temperatura aumenta. Como resultado, se genera energía térmica. Este tipo de energía se puede convertir en formas mecánicas.
La energía térmica se puede transferir de un objeto a otro. En tal caso, la energía se conoce como calor.
Para que la energía térmica se convierta en cualquier forma mecánica, se requiere un motor. El motor desempeña el papel de un medio de conversión de energía.
Una sustancia más fría puede reducir la energía térmica. Cuando el hielo se coloca sobre un objeto caliente, la energía térmica se transfiere al hielo y se logra un efecto de enfriamiento.
La energía térmica solo se puede transferir por conducción, convección y radiación. La conducción es la transferencia de energía térmica a través de materiales sólidos. La convección ocurre cuando la energía térmica se transfiere a través de líquidos. La radiación implica la transferencia de energía térmica a través de medios gaseosos.
La energía térmica no se puede transferir a través de aisladores. Ejemplos de aisladores son plástico y madera.
Joule es la unidad oficial utilizada en la medición de la energía térmica. El nombre se atribuye a James Joule, la primera persona en descubrir la pérdida y ganancia de calor.