Los materiales translúcidos permiten que la luz pase a través de ellos, pero difunden la luz de una manera que hace que los objetos en el lado opuesto aparezcan borrosos. Ejemplos de materiales translúcidos son vidrio esmerilado, papel de aceite, algunos plásticos, hielo y papel de seda.
Los materiales translúcidos oscurecen los objetos porque permiten que pase algo de luz, pero la luz que se deja pasar atraviesa las partículas que se encuentran dentro del material y las dispersa en todas las direcciones. Los materiales translúcidos no deben confundirse con materiales opacos. Este último no permite que la luz pase en absoluto. En su lugar, el objeto o material absorbe la luz como calor.