La mayoría de los animales sin columna vertebral, conocidos como invertebrados, no tienen cola. Entre estas se encuentran las arañas, la mayoría de los insectos y las ranas. Sin embargo, cada especie de mamífero tiene una cola en algún punto de su desarrollo. Los embriones humanos poseen colas durante su quinta a octava semana de desarrollo. En casos raros, los humanos nacen con colas imperfectamente desarrolladas, que deben ser removidas mediante cirugía.
En los vertebrados, o en los animales con columna vertebral, las colas suelen ser claramente visibles y se utilizan para un propósito evolutivo específico. Las mascotas domésticas de mamíferos, como los perros y los gatos, tienen colas muy distintas, al igual que la mayoría de los mamíferos salvajes. Algunos mamíferos tienen colas que son menos pronunciadas, como los conejillos de indias, pero todavía están allí.
Sin embargo, en muchas otras especies, lo que se considera una cola no es tan claro. Por ejemplo, los grillos y muchos otros insectos tienen pelos posteriores en el lugar donde estaría la cola. Los cangrejos de río poseen una serie de cinco "platos", que se utilizan para impulsar al animal hacia atrás a través del agua. La colocación anatómica de estas estructuras en muchos animales sugiere que la evolución ha proporcionado a algunas especies una extensión de las vértebras que no es una cola sino que tiende a servir a un propósito similar a una cola.
