Los niños tienden a separarse y diferenciarse durante la pubertad. Esta es la principal diferencia en la socialización que hace que todas las demás socializaciones comiencen. Los niños que pueden haber jugado juntos cuando eran más pequeños comenzarán a separarse o unirse según el género, los intereses y las actitudes.
La autoidentificación es una de las grandes partes que estimula esta separación. Cuando ocurre la pubertad, los adolescentes en crecimiento comienzan a ser más conscientes de sí mismos en términos de imagen, estado y valor, y comienzan a formar identidades sólidas por sí mismos. Esto requiere muchos ensayos y tiempos, por lo que los adolescentes pasan por "fases" para encontrar lo que les resulta más cómodo.
Una vez que esta búsqueda de identidad comienza a suceder, los adolescentes tienden a agruparse. Pueden volverse claramente diferentes o comenzar a usar diferentes patrones de habla. Esto también forma parte de las pruebas de identidad y sirve para ayudar a vincularlos con su grupo y dejar claro al mundo que se identifican como algo específico.
Los adolescentes también comenzarán a salir más. Esto se debe en parte a la influencia de los medios de comunicación que empuja un cierto nivel de actividad y vida nocturna. Salir o permanecer fuera a altas horas de la noche ayuda a los adolescentes a aprender límites y conocer nuevos amigos mientras se divierten y liberan energía acumulada.