Los hemogramas completos, las pruebas de función hepática y el análisis de orina son pruebas de laboratorio médicas comunes, afirma el Hospital Middlesex. Los médicos usan estas pruebas como parte de los controles regulares y para diagnosticar enfermedades o establecer puntos de referencia para compararlos con futuros resultados de pruebas.
Los médicos realizan recuentos sanguíneos completos para medir los factores relacionados con los glóbulos blancos y rojos y las plaquetas, afirma WebMD. Un recuento alto de glóbulos blancos puede indicar una infección, mientras que un recuento alto de glóbulos rojos puede indicar que las células están bloqueando los capilares, lo que impide que las células transporten oxígeno correctamente. Un paciente con demasiadas plaquetas en la sangre corre el riesgo de desarrollar coágulos en las venas, mientras que un paciente con pocas plaquetas puede sufrir un sangrado incontrolado.
Los médicos utilizan pruebas de función hepática para medir las enzimas y proteínas en la sangre y para diagnosticar y tratar enfermedades hepáticas o daños hepáticos, afirma la Clínica Mayo. Las pruebas de función hepática miden qué tan bien el hígado está creando proteínas y limpiando la sangre del producto de desecho bilirrubina. No todas las personas con pruebas de función hepática anormales padecen enfermedad hepática.
El análisis de orina es un examen médico común en el que los médicos analizan muestras de orina para detectar afecciones, como diabetes, infecciones del tracto urinario y enfermedad renal, según la Clínica Mayo. Los médicos utilizan el análisis de orina para estudiar la apariencia de la orina y para medir su contenido y concentración.