Algunas adaptaciones de los pitones incluyen un alto metabolismo, el agrandamiento de los órganos durante la alimentación y órganos sensibles al calor. Son estos órganos sensibles al calor los que permiten a los pitones identificar posibles presas.
Según la Universidad de Texas, dos adaptaciones importantes de las pitones son su metabolismo y sus órganos. Cuando se alimentan, sus órganos, incluyendo el corazón, el hígado, los riñones y el intestino delgado, aumentan significativamente. Esto, junto con un metabolismo acelerado, les permite tragar animales enteros. Después de un día o dos cuando se completa la digestión, estos órganos vuelven a su tamaño normal. Los dientes de un pitón, que apuntan hacia atrás, también desempeñan un papel en la alimentación al ayudarlo a atrapar y retener la oración hasta que los asfixie hasta la muerte.
Otra adaptación de los pitones son escalas con patrones que les permiten mezclarse con su hábitat, ocultándolos tanto de los depredadores como de las presas. La visión nocturna de estos reptiles les permite cazar de noche. Mientras tanto, han aprendido a adaptar sus cuerpos a diferentes temperaturas. Durante las temperaturas frías, se introducen en los nidos de otros animales o insectos, como las termitas. Las pitones de cabeza negra están especialmente adaptadas para sobrevivir en el calor. Sus cabezas negras les ayudan a mantener una temperatura corporal estable al tomar el sol. Para enfriarse, retiran sus cabezas del calor y, ocasionalmente, las ponen en la arena.