Los tres objetivos del New Deal eran mejorar el nivel económico, implementar leyes para erradicar la pobreza y el desempleo y brindar ayuda a los estadounidenses menos desafortunados. Estos eran los planes del presidente Franklin D Roosevelt cuando asumió el cargo por primera vez en 1933.
Roosevelt pretendía utilizar el gobierno como una herramienta para iniciar cambios en los Estados Unidos que podrían ayudar a mejorar la situación económica general de los ciudadanos estadounidenses. La creación de la Administración del Progreso de las Obras fue uno de los proyectos más grandes cuyo objetivo era proporcionar trabajos útiles a los estadounidenses. El New Deal ayudó a estabilizar los bancos, los precios y eliminó los problemas creados por la crisis del mercado de valores de 1929.