La influencia de las teorías de la relatividad de Albert Einstein es de gran alcance, desde la energía nuclear hasta los dispositivos GPS y nuestras propias nociones de moralidad. Su impacto cultural es vasto y casi imposible de reducir, y eso es precisamente lo que le ha valido el título de uno de los pensadores más influyentes de nuestro tiempo.
La teoría de la relatividad de Einstein y sus innumerables hallazgos científicos han tenido implicaciones duraderas para la producción de energía nuclear y para la sincronización de satélites del sistema de posicionamiento global (GPS), los cuales tienen implicaciones culturales. La energía nuclear nos ha permitido reducir nuestra dependencia de los recursos no renovables, pero aún deja emisiones de dióxido de carbono que son comparables a las de las fuentes renovables, por lo que es una fuente de energía controvertida en el debate sobre el cambio climático. Con la tecnología del GPS disponible para el público, los mapas de papel tangible se han vuelto obsoletos, con más personas que confían en los teléfonos inteligentes y en los dispositivos de navegación en el automóvil. Estos dispositivos también se han vinculado a redes de medios sociales, dando a las personas la opción de "registrarse" en una ubicación y notificar a sus amigos de su paradero.
Las teorías de la relatividad de Einstein también tuvieron una gran influencia en los filósofos, ya que las teorías sirvieron para trastornar las nociones previamente aceptadas de moralidad. Las teorías postularon que los hechos ya no eran absolutos, que todo dependía de la experiencia y la perspectiva propias. En otras palabras, la noción de lo correcto y lo incorrecto ya no era blanco y negro porque variaba de persona a persona, por lo que las opiniones y puntos de vista de cada persona son intrínsecamente válidos.