Las principales formas de transporte en la década de 1930 eran los automóviles y los trenes. A fines de la década, los viajes aéreos comerciales crecieron en popularidad. Los viajeros comenzaron a tener nuevos métodos de transporte abiertos para ellos.
A comienzos de la década de 1930, casi la mitad de las familias estadounidenses tenían un automóvil. Para muchos, el automóvil se convirtió en una necesidad en la era de los vendedores ambulantes. Después de la primera guerra mundial, la gente también comenzó a recurrir a las autopistas para viajes de placer. Como resultado, el gobierno comenzó a construir el sistema nacional de carreteras, lo que dio como resultado la creación de la emblemática Ruta 66. Los viajes en tren seguían siendo la forma más popular de realizar viajes largos, pero a medida que aumentaba el avance en los viajes aéreos, la gente comenzó a mirar Volar como una alternativa viable.